Gabriel Moreno, un creador poético y musical con la marca del bilingüismo

Gabriel Moreno nació en Gibraltar, lo que ya lo ubica en una especial situación: identitaria y lingüística. Como él mismo afirma, nació “prácticamente condenado a una dicotomía entre un español  del ámbito familiar, relacionado con lo emocional, y un inglés de la escuela, o sea el del espacio racional”. Si por añadidura, como especifica el propio Gabriel, el inglés gibraltareño se parece más al del siglo XIX, y el español es andaluz de pura cepa, ya me dirán ustedes con qué bagaje una persona tiene que enfrentarse así al mundo  de la poesía. “Desde el principio –agrega- ese bilingüismo nos enfrenta a dos concepciones del mundo y a dos usos del lenguaje”.
Por eso, por ejemplo, él empezó a escribir poesía en castellano, mientras estudiaba Filosofía Latinoamericana en Chile en el año 1997, a través de un intercambio universitario,  impulsado por el conocimiento de autores como Neruda o Huidobro; mientras que su música –que practicaba desde los quince años- había nacido espontáneamente en inglés. De hecho –señala- nunca había concebido el rock&pop que gustaba escuchar de adolescente fuera del idioma inglés, ya que los grupos españoles –según su apreciación- no habían logrado conciliar su lengua con el lenguaje musical de esos géneros.  “Empecé con los Rolling o Guns’n Roses, mi héroe musical era Kurt Cobain; aunque después descubrí que también se podía hacer en español a través del rock argentino con artistas como Charlie García o Gustavo Ceratti”. Pero las letras de sus canciones, salvo puntuales versiones a través de más de veinte años de carrera musical, siguieron siendo creadas en el idioma británico.  
Lo dejamos en Chile, pero Gabriel regresó y terminó su carrera en Inglaterra, de donde partió a Holanda a estudiar un curso de profesor de inglés, y al mes lo mandaron a dar clases en el Perú, donde siguió en contacto con la literatura hispanoamericana.  “Cuando leí a Vallejo me cambió la vida –asegura- y sobre todo la manera de escribir, porque encontré que era posible una poesía con fuego, visceral”. Pero allí no terminó su itinerario: cuando se quedó –como tantas veces en su vida, admite con resignación- sin un centavo, aceptó el refugio que su hermano ole ofreció en su casa de Londres, sitio donde se enamoró y terminó viviendo en Barcelona, de donde regresó hace unos seis años. En Barcelona publicó cinco libros de poesía, y en este año 2015, ya asentado en la capital británica, se lanzó a la aventura definitiva con la edición de su primer disco: “Love and decadence”.  “La verdad es que ahora, a los 38 años, es la primera vez que siento que empecé una carrera realmente profesional, porque es la primera vez que apuesto por un lugar y me quedo un poco quieto: antes era siempre estar empezando de nuevo”, dice.
“Las experiencias existenciales que te dan la vida y los viajes son imprescindibles quizás para formar la voz de un escritor o un músico, pero si alguna vez no apuestas por algo sólido es imposible llegar a ninguna parte. Hasta los 35 años pensaba que encarar el arte como una carrera era traicionarme a mí mismo, una traición a la pureza de la poesía o de la canción. Pero en un momento entiendes que es necesario apostar por una mayor consecuencia, por un proyecto, por una estabilidad que te permita crecer sin dispersarte tanto. Por eso, para mí este disco es de alguna manera un principio que espero sea el definitivo”.
Love and decadence nació hace unos cinco años en un concierto de Kilburn, en donde lo escuchó un productor que acababa de lanzar una discográfica independiente. Pasaron todavía un par de años hasta que eso se concretó en un  proyecto viable, y a fines del 2013 empezaron a trabajar en los estudios, con músicos de Londres y Barcelona de diversas nacionalidades. El producto  se editó finalmente en 2015, y Gabriel Moreno lo está llevando por muchos lugares de Europa, aunque dos veces al mes tiene su propio rincón en Londres, en  The Lantern Society, en Farringdon Road. Muy pronto, saldrá al mercado uno de los temas en formato de single, “Love or Fire”, que está también incluido en el CD. Además, quien quiera tener el disco puede acceder a él en la página www.amberrecords.co.uk. Descubrirán un cantautor muy especial, con notables trazas de Leonard Cohen o Nick Cave, aunque también de Bob Dylan y otros, pero con una personalidad propia muy marcada. Desde luego, merece la pena conocerlo: en el disco y también en vivo. Y por qué no, también a través de sus libros de poemas. Muy pronto publicaremos una extensa entrevista en el programa “El Ojo de la Cultura”, en la naciente ZTR Radio on-line. Estén muy atentos.

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