La lenta integración de los actores hispanoparlantes en el teatro inglés

“Flores de España” es el título que reúne dos obras cortas del dramaturgo español Raúl Quirós Molina, que se representa actualmente en el Calder Bookshop Theatre de Londres, dirigida por el inglés Daniel Kelly y el argentino Luis Gayol, e interpretada por el propio Gayol junto a las actrices españolas María Estévez-Serrano y Anna Miquel. El nexo común es la existencia de miles de muertos de la Guerra Civil, aun enterrados en fosas comunes o anónimas. Gayol Estévez-Serranohablaron conversaron con  El Ojo de la Cultura, y además de resumir la obra, que interpretan en idioma inglés, nos hablaron de su trayectoria en la capital británica, sus expectativas y sus anécdotas. 
“Los fusilados sin desenterrar o los niños robados a madres jóvenes por las monjas españolas son un tema candente en la España de hoy – recuerda María- sobre todo porque a pesar de existir una ley de la memoria Histórica, el gobierno del PP ha optado por no disponer presupuesto para su cumplimiento, con lo cual el tema sigue perenne”. Luis por su parte cuenta que el autor estuvo en estos días en Londres para estrenar su obra, que él mismo tradujo al idioma inglés. 
Luis Gayol nació en Chascomús, en la provincia argentina de Buenos Aires, y está en Londres desde hace casi veinte años. Veinteañero aún, participaba de una compañía que hacía obras de Shakespeare en español y un día decidió que quería hacerlo en su idioma original, y cruzó el charco para estudiar teatro en el país del Cisne de Avon. Como muchos a los que sorprendió la crisis argentina del año 2001, prefirió al terminar su curso permanecer aquí. Entre otros motivos - asegura – porque  se le ofrecía un espacio de trabajo que le permitía enviarle dinero a sus padres, que habían quedado en muy mala situación. Desde entonces, desarrolló una laboriosa carrera que lo hizo pasar paulatinamente de la actuación a la dirección teatral. Con el tiempo, se asoció a con otro argentino y dos ingleses para montar una librería especializada en autores teatro y en literatura política, la Calder Bookshop, en cuya trastienda habilitaron una pequeña sala teatral que les permitió montar su propia compañía. El Calder Bookshop Theatre, por añadidura, encontró un espacio casi ideal: entre el Old Vic y el Young Vic, dos de los mayores emblemas del teatro independiente londinense. 
“Hacemos mucho teatro latinoamericano – cuenta Luis – porque nos interesa darlo a conocer, pero justamente por eso nos propusimos trabajar en inglés. Nuestra propuesta hace eje en el teatro de contenidos políticos y sociales, por eso hemos hecho ciclos sobre la Identidad y sobre la Memoria”. 
María hace menos tiempo que se trasladó desde su Madrid natal a Londres, apenas ocho años. También era actriz en España, pero su ambición era hacer teatro en inglés. Por lo tanto, cuando llegó, su principal preocupación fue la de mejorar su inglés y sobre todo trabajar esmeradamente la pronunciación, que es el problema básico de todo hispanohablante que pretende hacer teatro en este país (y no sólo, desde luego, de los que vienen a hacer teatro). Se fue perfeccionando a través de cursos, y al mismo tiempo ,integrándose al ambiente teatral local, donde hay muchos extranjeros como ella o el propio Luis, gente como Sergio Amigo, un argentino que es uno de los creadores del actual proyecto y que ahora ha regresado a trabajar en su país. Pasó por el Tierra Theatre, un grupo que se propuso ya hace años trabajar alrededor de la idea de un Teatro del Oprimido, y así fue llegando a la Calder. 
“Para mí, la Calder ha sido el espacio de sentirme como en casa –dice -  En Londres todos sabemos que hay una cultura viva, muy importante, pero la realidad es que cuando llegas te ves muy solo, desconectado, abrumado por una cultura que mayormente está volcado al espectáculo masivo, comercial. Para mí conocer la Calder fue como un oasis, y encima con gente como Sergio y Luis que hablan el mismo idioma, que me permitieron ese contacto humano que sólo llega a darte tu lengua materna. Durante todo ese tiempo, también ha participado de otras producciones independientes, como la de Yerna de García Lorca en una versión reciente en español”. Admite que una de las barreras más complejas es el idioma, porque “tú vas a hacer una audición y puedes preparar perfectamente un personaje, pero siempre te queda el temor a no entender bien lo que te están pidiendo, y con la competencia que hay en cuanto te despistas un poco ya te quedas fuera”. 
Pero si alguien se ha pensado que ambos llegaron aquí y se dedicaron al teatro con pies y cabeza sin otras preocupaciones, se han equivocado de medio a medio. Cuando pregunto por ese tema que tanto nos agobia a casi todos cuando llegamos a Londres, el de la sobrevivencia económica en la ciudad más cara del mundo, la respuesta es un unánime” ¡uuufff!”. Luis dice que ya casi no recuerda tantos trabajos que tuvo que hacer mientras estudiaba: camarero en bares, dependiente en una tienda de ropa, en una panadería, en el zoológico de Londres…  Hasta que –por suerte- logró estabilizarse a través de la librería. Logro que todavía a María le sigue dando dolores de cabeza: eventos varios, clases de español y otros son sus recursos que le permiten dedicarse a lo que realmente le importa: el teatro. 
Luis admite que la variante más descarada del espectáculo comercial domina la escena londinense, pero sin embargo existe también un ambiente importante para el teatro independiente. “Hace unos cuantos años, incluso, esa corriente era mucho más fuerte, a principios del siglo tuvo una caída en picado, pero ahora se está recuperando, hay un renacimiento”, asegura. Y en ese aspecto, también entiende que está cambiando la aceptación del público inglés para con los actores extranjeros, que son cada vez más. Y también hay apertura en directores y productores. “Veo un camino interesante”, reconoce con optimismo. Pero queda un largo camino por recorrer, insisten ambos, sobre todo en la integración de actores que no tienen el inglés como idioma nativo. Pero todo se andará. Y en ese camino, hay una gran responsabilidad en estas salas y producciones pequeñas pero no tan dependientes del mercado como el gran teatro comercial. “Porque además, es de estos ámbitos donde está el semillero de todo el teatro”, concluye Luis. Ambos, Luis y María, como tantos otros actores hispanoamericanos, están en ello.

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