"Pedro Paricio: "Me gusta salir de mi zona de confort"

Pedro Paricio nació en Tenerife, y aunque ha dado – y sigue dando - unas cuantas vueltas por otras geografías, asegura que ningún sitio es comparable a su isla natal. “Mi vida está dedicada a pintar y a compartir con mi familia”, declara enfáticamente. Apenas pasados los 30 años, tiene ya una trayectoria envidiable en el durísimo mundo del arte contemporáneo, y en estos días expone – durante todo el mes de septiembre – su última serie (“Dreams”, que presenta la novedad de incluir seis esculturas) en la conocida  Halcyon Gallery de Londres, que desee hace cinco años lo cuenta como uno de sus artistas exclusivos.
“Cada serie de mis pinturas – explica Paricio – representa una especie de película, está sostenida por una narración, pero sin un principio y un fin cerrado; de hecho, hay un momento en que aparece otra idea y me meto en ella sin pensarlo, y puede que un determinado momento me doy cuenta que ya estoy en otra cosa, y es allí cuando comprendo que la narrativa anterior está terminada”. “Shaman”, su muestra anterior en Halcyon, estaba muy vinculada al tema del mito en la creación; mientras que en “Dreams”, como su nombre lo indica, se parte de los sueños. “Pero no sólo los que soñamos mientras dormimos – aclara – sino nuestras ilusiones, nuestros objetivos, nuestros miedos, que son también nuestros sueños que nos habitan en el día”. “Para mí la creación no es algo que uno tiene que planear detalladamente de antemano: las cosas salen como si uno no parase de andar y simplemente va plasmando lo que aparece por el camino”.
En “Dreams” conviven varios aspectos. Las pinturas parten de la figuración, incluso con predominio de contornos marcados, un dibujo fuerte y resaltado en colores puros y generalmente planos. Pero esas figuras  están, en realidad, configuradas por espacios geométricos interiores muy marcados. “Cada serie mía es diferente – dice el artista español -. Hay artistas que encuentran una idea y tratan de vivir de esa idea toda su vida; pero yo creo que hay que estar abierto y por el contrario, me pasa que cuando veo que ya puedo estar cayendo en la repetición, cuando veo que algo ya me está resultando fácil, busco otros lenguajes. Me gusta salir de mi zona de confort. Siempre intento ir más allá. Y nunca me ha importado cuáles son las tendencias dominantes, creo en la libertad individual del artista. Cualquier vanguardia ha empezado por artistas que investigaron las formas para producir formas nuevas, y eso es lo que vale. Pero después inevitablemente vienen otros muchos que se limitan a aplicar esos conceptos que otros investigaron, porque es una moda, o porque es más cómodo; y eso es lo que creo que un artista no debe hacer. Yo, por lo menos. Y cuando pinto, además, lo hago sin tratar de ponerle un nombre, o de saber en qué estilo estoy pintando. Hay críticos que han intentado meter mi obra en el pop-art, pero aunque use colores fuertes y contornos duros, lo que pinto no tiene nada que ver con el objeto de consumo, con el fetiche, como en ese arte.  Parece figurativa, pero en realidad no lo es, al menos en el sentido tradicional: el espectador, en todo caso, es quien en su cerebro está viendo una persona, pero lo que hay en realidad es un conjunto de triángulos, y de formas poligonales y de colores, La situación abierta del arte moderno, en realidad, permite que el artista se libere más de ataduras y de presuntas normas, y que uno rompa barreras, esas barreras que nos mercamos en todos los ámbitos de la vida porque nos lo han enseñado así, o porque pensamos que la sociedad lo señala así. Es la libertad del arte, pero cuando hablo del arte hablo del arte, no de objetos decorativos ni  tampoco de meras ilustraciones conceptuales, esa tendencia fuerte de hoy en día a hacer un arte que requiere que  previamente te leas varios libros para interpretarlo.  ¿Y cuando ya lo entendiste qué? La obra se murió. Yo no he terminado nunca de entender  un Tiziano, un Picasso, un Lucien Freud”.
No cree en el artista que dice pintar para sí mismo sin importarle el espectador de la obra. “Si pintas es porque tienes un impulso creador que a la larga quieres mostrar, quieres encontrar a alguien que comparta tus sensaciones, te expones al mundo. Por eso, es cierto que hay artistas que prefieren nunca mostrar su obra, pero eso es porque tiene un temor patológico a ser juzgados, no porque pinten sólo para ellos. No obstante eso, un artista tiene que pintar a partir de su absoluta libertad. No puede ponerse a pintar sintiéndose determinado por lo que va a decir el público o los críticos, por si se va a vender o no. Uno pinta lo que siente, después el resto será como será. Aunque tampoco hay que engañarse con el mito de lo nuevo siempre nuevo. En arte de nuevo hay muy poco, en realidad el arte mismo es siempre una revisión de toda la historia del arte anterior, y evidentemente todos formamos parte de una tradición. Por eso es tan difícil pintar: hay una historia de donde aprender y recuperar, pero al mismo tiempo tienes que buscar una mirada diferente: por muy bueno que sea un Tiziano, tú no puedes ponerte a pintar como Tiziano”.

Comments

Popular posts from this blog

Pesadillas de un hombre urbano

Homenaje al guitarrista Antonio Lauro

Guibert & Guibert: dos generaciones de arte